Se acerca la Navidad. Vaya noticia, estarás pensado. Ya se
encargan comercios, televisión, radio, de recordárnoslo por si
andábamos despistados…Para unos este anuncio es motivo de alegría, de
celebración…para otros de recuerdos, tristezas, conflictos, compromisos que no
nos gustan nada…y para tí, quizás un poquito de todo. El caso es que la Navidad
no nos deja indiferentes.
Yo quiero proponeros algo; recordando a una de las personas
más lúcidas y auténticas que conozco, Fidel Delgado, me gustaría presentaros un
buffet para que elaboréis un menú muy especial. Si, una serie de platos que
vosotros podréis degustar, probar y decidir si con ellos hacéis el menú de
vuestra Navidad o los dejáis ahí porque no os apetece probarlo ahora, no os
gusta su sabor o sencillamente no está en sintonía con lo que el cuerpo os pide
en estos momentos.
Pues sí, te propongo que Crees con estos platos tu menú, tu
NAVIDAD. La suma de los platos que elijas hará que esta Navidad sea más dulce, amable y
consciente, o quizás, menos ácida y más auténtica, tan light cómo tú quieras, o
con tanto “fundamento” (que diría Arguiñano) como decidas. ¿Te apetece
conocer mi oferta para estas Navidades? tengo ya el mantelito puesto, esto es
un buffet y que cada cual elija su menú. ¡Comenzamos!
Te ofrezco:
- La Gratitud: por la vida, por el momento, por quien eres y
las personas que cada día aparecen en tu vida, por el sol, por una sonrisa, por
el abrazo que espera y el beso que suena y deja huella, por tanto que quieras
agradecer y celebrar. Siempre hay motivos para la gratitud. Este plato puede estar como entrante, acompañando a otros, de postre...nunca repite, es ligero, nunca está de más y tiene una peculiaridad: cuando lo pruebas sientes por dentro unas chispitas juguetonas de felicidad...Muy especial este propuesta de gratitud, ahora tú decides.
- La Intención:
infinitas posibilidades para este plato. Aquí tú eliges el ingrediente
principal: ¿Cuál es tu intención para esta Navidad? Puedes vivirla
desde el recogimiento, la serenidad
(entonces quizás unas gotitas de Naturaleza y aire libre sean el aliño
perfecto) el respeto y la aceptación por
las personas con las que vas a compartir estos días, una aceptación que viene
de dentro y que tiene un suave aroma a felicidad compartida, a conexión íntima
y sincera. Este es de los ingredientes más recomendables para mantener un
corazón sano y fuerte. Quizás te apetezcan trocitos de apertura
y confianza, de esos que pruebas y
siempre te sorprenden porque te descubren sabores que quizás nunca pensaste que
existían y sí, son sabores que te hacen vibrar, sentir, que te evocan
recuerdos, que cuanto menos, no te dejan indiferente y te muestran otro mundo
de posibilidades por vivir. Y si eres de los atrevidos, mezcla los tres, el
plato será exquisito cuanto menos.
- Responsabilidad:
este es un plato especial, cuando lo pruebas te empodera, te da consciencia y
mucha confianza. Es un plato de esos principales, de los que da consistencia al
menú. Su presencia en tu mesa puede cambiarlo todo, especialmente tu actitud ante la vida, más
concretamente, ante tu Navidad. Eso sí ¡exige valentía! Cuando eliges la
responsabilidad no hay lugar a la queja, el victimismo, al “es lo que hay”… sino
que sólo cabe asumir que, no lo que nos sucede, sino lo que hacemos con lo que
nos sucede, es únicamente responsabilidad
nuestra. Es asumir que lo que hacemos tiene siempre unas consecuencias y es comprender que cada
uno de nosotros, podemos hacer mucho por Crear
la Navidad que queremos vivir. Yo te
invitaría a probar este plato tal cual, no trates de esconder su auténtico
sabor con salsas de “no puedo ir contra
corriente”, “es lo que hacen todos”
o “qué voy a hacer yo, hasta que los de
arriba no hagan algo…” Son salsas que hacen perder la esencia a este plato.
Eso sí, también están a tu disposición.
- Libertad: puedo
decirte que este es el plato de los valientes. De aquellos que se
atreven a vivir lo que sienten muy dentro, lo que les pide su alma, sin miedo
al qué dirán, sin las barreras del “esto no toca ahora” y que saben soltar,
dejar ir, quitar lastre. Es un plato cuyo sabor hace que reconozcas la esencia
de otros sabores tan maravillosos como el que tu libertad contiene. Su olor
evoca lugares llenos de puertas abiertas por traspasar, cumbres nevadas desde
las que volar, mundos inmensos por descubrir…vidas libres de cadenas listas
para comenzar a vivir.
- Autenticidad:
sencillito, sin adornos, un plato básico que no confunde, que tan sólo con
observarle, olerle, no lleva a confusión. La
autenticidad es garantía de éxito en tu menú, no crea falsas expectativas,
te podrá gustar más o menos su sabor, pero te provocará respeto, cuanto menos y
quizás también admiración y orgullo por lo que Es.
- Cooperación:
este plato es resultado de mezclar muchos sabores, olores, texturas…y esa
mezcla es lo que hace que sea un plato de los que te dejan saciado y que a
medida que pasan las horas, sientes que los sabores, olores…siguen ahí, con más
fuerza si cabe. Y está hecho con trozos de amistad, gotitas de asertividad, un
buen chorro de empatía y compasión, un cuarto de miradas cómplices y un
vaso lleno de respeto, paciencia y aceptación sin medida, ni un poquito de
juicios, críticas ni envidias y con mucho, mucho Amor con mayúsculas.
- Y por último MAGIA.
Que nunca falte en tu Navidad la magia de los sueños, la de los ojos brillantes
y llenos de ilusión y fantasía de los niños en Navidad. La magia de tu sonrisa cuando miras a quien amas, a
quien sueñas, a quien acompañas cada día. La magia de tu abrazo que sostiene cuando hay dolor, que multiplica por mil la
alegría, que acompaña en la esperanza, que envuelve el amor de calidez
infinita, que sana, que es VIDA.
Te confesaré el secreto del éxito de este buffet: todos estos platos exquisitos, tienen
algo en común, un ingrediente esencial: El
Amor. Un amor que da consistencia, que hace único y especial a quien lo
prueba, que es Universal, que crea una conexión mágica entre quién ofrece el menú y sus comensales,
que dá sentido a tú Navidad. De esto, de Amor, puedes poner todo lo que quieras,
nunca, nunca, está de más.
Adelante con tu menú,
que tu Navidad sea eso, lo que Tú decidas que sea. Y como se suele decir… ¡Buen
Provecho!
Recomendaciones:
no hay límite en la elección de platos ni en las cantidades. Escúchate,
siéntete y a partir de ahí crea ese menú. Puede ser un menú degustación y que
contenga todos los platos, puedes probar a mezclar platos con sabores
diferentes, elegir un solo plato con bastante cantidad…aquí entra en juego
tu creatividad. Y sobre todo… ¡saboréalo
y disfruta!
Nota: Este buffet
está disponible todos los días del año.
No cerramos por vacaciones.
Tu MENÚ NAVIDEÑO me ha llenado de ganas de convertirlo en MENÚ DEL DÍA para poder servir en cualquier lugar y a cualquier hora.
ResponderEliminarENHORABUENA Julia