Sencilla Alegria

Hacía tiempo que no escribía, que no sentía esa necesidad de comunicar, de sacar de dentro de mí eso que muchas veces me llama a gritos, que empuja mis dedos para que a través de palabras pueda salir, plasmarse en este espacio en blanco y así crear y contar mi historia, lo que late dentro de mí, que quiere tomar forma, llegar a tí.

Y es que cuando te sientes conectada con tu alegría, esa emoción serena, curiosa, sonriente, que escucha con calma, que vive con asombro, que busca tu mirada chispeante, que contagia vida, que te habla sin decirte, que te guia sin mostrate un mapa, sin condicionantes, que te hace libre aún estando en alguna que otra jaula, cuando esta emoción forma parte de tu vida, entonces las palabras brotan de entusiasmo, los dedos pulsan teclas sin control alguno y siento el placer de escribir, de contar, de conectar contigo desde aquí, desde lo que me hace estar alegre hoy.

Y me alegra...

- Despertar cada mañana sabiendo que el día está por hacer, que yo soy su creadora, que depende de mí que hoy sea un gran día.

- Tener claro que no quiero ser esclava de rutinas, que me gusta la aventura, que me lanzo a sentir con intensidad lo que el día me depare, que ya sabré poner mis límites, hasta dónde llegar, cuándo parar. Pero quiero sentir la vida, vivirla, sin esconder, sin dejarme nada por el camino por no haberme atrevido a ser, a escuchar a mi corazón, mi intuición, la vida.

- Descubrirme cada día algo nuevo, dar pasitos hacia dentro y cada día mas adentro...hasta donde el corazón me lleve.

- Bailar, cantar, reir, bailar...cerrar los ojos, escuchar sin música, sólo bailar la melodía que ya está, que suena siempre que quiero escucharla...

- Fluir con la vida, soltar lastre, pesos que no me dejan correr detrás de mis sueños, miedos tan sutiles que apenas los veo...y sin embargo me atrapan.

- Abrir los ojos a la verdad, la mia, la que no siempre quiero escuchar y que al final, es la que me enseña el verdadero camino, ese que poquito a poco voy haciendo, a mi paso, con trampas a veces, atajos que no suelen hacerme llegar antes y también con árboles que me prestan su tronco para descansar, que me dan sombra y que si me abrazo fuerte fuerte a ellos, me cuentan un poquito más del camino.

- Ver la vida como un regalo, de esos que vienen envueltos en papel no siempre bonito, porque se olvidaron de ponerle un lazo, porque ese papel no brilla y a mí me gusta que brille, o porque al abrirlos, podrían decepcionarte...y es que antes de abrirlos pusiste tantas expectativas, hubo tántas suposiciones, que si no se cumplieron llegaron las decepciones. Pues quién sabe si lo que esconde ese regalo inesperado no es una experiencia que te cambia la vida, una sonrisa que nunca se irá de tu lado, un aprendizaje que te convertirá por fin en mariposa, una luz que te hará brillar un poco mas, a pesar del miedo...a pesar de tí.

- Y me alegra tenerte a mi lado, crecer contigo, sentir que está aquí, que me acompañas, que entre los dos, entre tú y yo, vamos a cambiar nuestro mundo, esa parte de mundo que no nos gusta, que no es justo, que nos entristece y enfada. Y sí, me alegra saber que podemos, que desde nuestra alegría, la tuya y la mía conectada, vamos a crear nuestro mundo, el que nos apasiona y en el que creemos. Podemos hacerlo, sólo tenemos que sentir...la alegría de vivir.

Y si además, a tí y a mí, se une ella y él, y aquella y vosotros...entonces ya no hay marcha atrás, entonces juntos, lo conseguiremos!

Sencilla alegría.

“La felicidad es, respecto a la alegría, como una lámpara eléctrica respecto al sol. La felicidad siempre tiene un objeto, somos felices por algo, es un sentimiento cuya existencia depende de lo exterior. La alegría, en cambio, no tiene objeto. Te posee sin ningún motivo aparente, en su esencia se parece al sol: arde gracias a la combustión de su propio corazón.”(Susana Tamaro)

Y a tí ¿qué te hace sentir alegría?